Consecuencias tecnológicas en la vida.

Puede parecernos sorprendente que una persona que trabaja con un ordenador pueda realizar entre doce mil y treinta y tres mil movimientos de cabeza y ojos, además de cuatro mil y diecisiete mil reacciones de sus pupilas y treinta mil pulsaciones del teclado al día.

Es una cantidad de horas exagerada las que pasamos frente a las tecnologías actuales, estas nos provocan ansiedad, adicción, lesiones en la vista, oído y espalda.
Llamadas de móvil, conexiones a Internet, SMS, Mp3, distracciones con la WiFi…

La vida laboral, puede reducirse en un 50% en su productividad con las afecciones tecnológicas. El estrés, la fatiga del ordenador, son síntomas que no se curan con el descanso, sus síntomas son pereza,  insomnio, molestias musculares e incluso fiebre.

El cansancio general y el desgaste emocional, también ligados a ello, perjudicando en ocasiones a las relaciones sociales y familiares, pues aparece la irritabilidad, agresividad y la pérdida de paciencia. La mala alimentación puede acompañar a la dejadez y el mal humor que siente nuestro organismo.

La forma de trabajo frente a las cómodas tecnologías, hacen que tengamos una postura frente a las necesidades, todo lo tenemos a mano, no tenemos necesidad de movernos, simplemente para comunicarnos nos basta con los mensajes o los email. Estas ausencias de movimientos generan el aumento de peso, incluso llega a la obesidad que generan otras enfermedades como la diabetes, hipertensión, colesterol… y las pocas ganas de movernos al llegar a casa.

Tenemos una vida demasiado sedentaria, más comunicada pero menos comunicativa de tú a tú.